El lanzamiento exitoso del cohete Larga Marcha-2F con la nave Shenzhou-17 desde el Centro de Lanzamiento de Satélites de Jiuquan, ubicado en el noroeste del gigante asiático, marcó un hito importante en la consecución de los objetivos espaciales chinos.
La ceremonia de despedida contó con la presencia de una multitud que ondeaba la bandera nacional china y sostenía flores amarillas en un emotivo gesto de apoyo a los astronautas, que vestían trajes espaciales azules y blancos. El evento fue transmitido en vivo, permitiendo a todo el mundo seguir de cerca el ascenso de la nueva misión espacial.
Dentro de esta notable estrategia espacial, China mantiene su estación espacial Tiangong, una auténtica joya del programa espacial chino, que rota su tripulación de tres astronautas cada seis meses. Este logro es parte de los esfuerzos de China en el ámbito espacial bajo el liderazgo del presidente Xi Jinping, quien ha impulsado el «sueño espacial» del país.
China, en un esfuerzo de control militar, se encamina a competir con Estados Unidos y Rusia en la exploración espacial. Como parte de su ambiciosa visión, Pekín planea enviar una misión tripulada a la Luna en 2030, con la aspiración de construir una base en la superficie del satélite terrestre. Esta determinación y los logros recientes marcan un hito significativo en el programa espacial chino.
